R.O.P. :::Turning outside the inside feel:::

Thursday, June 29, 2006

Flashback 05: "Ni por jote siquiera" (a.k.a. gemelas)


Un reciente domingo, en las tempranas aunque oscuras horas de la tarde, me había dirigido hacia el museo Bellas Artes de Santiago, aquel gran edificio empotrado en las inmediaciones del Parque Forestal y a pocos pasos del lecho del Mapocho.

El escenario del paseo era el siguiente: Mi padre, "El Rey de Jordania" -como lo bautizamos con gOoDmAn de fotogramas-, me había venido a visitar a la gran capital con el ánimo de realizar diferentes actividades, básicamente culturales, en el centro de nuestra civilizacion shilena.

Además, la "Perla del Labuán" había conseguido no tener turno por dos días en su pega y había arribado temprano el día domingo, con el ánimo de estar juntos, recuperar el tiempo separados y simplemente descansar.


En algun momento de la temprana tarde, "el Rey de Jordania" se aparece por mi cubil felino y decidimos ir a cachar el Bellas Artes porque esta en exposición una muestra de un reconocido fotógrafo gringo, contemporáneo de Robert Disneau (o algo así... soy malo pa recordar nombres), así que partimos felices por la vida, yo de la mano de la "Perla del Labuán" y mi padre, feliz de hacer algo diferente y fuera de Valparaíso.

La visita transcurrió agradablemente, dando vuelta por varios salones y observando atentamente una veintena de fotografías, en muchas de las cuales se retrataban a verdaderos mitos como Marilyn Monroe, Fidel, El "Che" Guevara e incluso al Gobernator (Arnorld Swartzeneger.. o como diablo se escriba).


La hora de cierre del museo estaba estipificada en la entrada a las 19.00 horas; asi que como nosotos los chilenos somos barsas, a la 18.45, un "guardia" vestido de civil empezó a apagar luces con un control remoto (hecho notable, porque derepente se le prendían todas las luces y debía volver a empezar a expulsar a la gente), ante lo que finalmente pasamos a la custodia por nuestros bolsos para dejar el edificio.

Una vez afuera, mientras nos aclimatabamos al frio capitalino... mientras mi padre meditaba sobre qué hacer, dónde ir, etc., cuando estabamos al inicio de las escalinatas mirando el concurrido alrededor del Bella Artes, el que estaba atestado de gente "alternativa", "moderna", "vanguardista", "góticos", "lanas" y uno que otro raro especímen normal.


En eso, en el medio de un un grupo de como 20 congéneres, hombres y mujeres de -al ojo- unos 26-28 años, diviso a una conocida del ATP de Viña del Mar, una lola que si bien siendo estudiante de teatro, por un cercano parentezgo a uno de los organizadores, llegó a trabajar al principal evento del deporte blanco nacional en el mismo año que yo lo hice.


Así, con el transcurso de los sucesivos campeonatos, nos fuimos haciendo amigos, tanto así que en una de las ocasiones, ella fue mis ojos y oídos ante un impostergable compromiso formal y sentimental; hecho que le agradezco enormemente hasta estos días. Su nombre era Verónica, de un suave color oliva, pelo castaño semi oscuro, largo y ondulado (aveces medio virutilloso), era media "lana" o "hippie" pa vestirse, hecho que no impedía que varios colegas de la capital - especialmente fotógrafos- la persiguieran... aunque sólo recuerdo a un periodista de París que lograra arrancarle un beso, en una ya lejana chorrillanada en el J. Cruz, con motivo del fin de uno de los eventos.

Ante esa buena onda y en muy buena lid, totalmente ajena al joteo, le digo a la "Perla del Labuán"...
-"Te acuerdas de la mina del ATP, la que me ayudó con los marcadores?"

- "De cuando estabamos en el casorio?"
- "Ajá"
- "Sí, o sea más o menos, por lo que me has contado"
- "Cacha, que esta sentada en ese banco. Acompáñame, pa presentártela"

Tras eso, tomé fuertemente de la mano a la "Perla del Labuán" pa presentarle a esta buena conocida... caminamos raudamente los pasos que nos distanciaban del lugar, hasta casi en el medio de la veintena de jóvenes ahi reunidos, pararme frente a Verónica y esputar un "Hola!!".

Allí vino el problema.

Verónica me miró como diciendo "quien chucha es este loco", para luego como mirarme más detenidamente, frente al asombro del resto de las personas con las cuales estaba conversando... claramente apartando de mi la posibilidad de un "hola!!!, como estas?, tanto tiempo?!!".


En eso, dice "ah... disculpa... quien eres?"... lo que provocó una total sorpresa en mi y una cara de "QUE!!" en la Perla del Labuán, ante lo que sólo atiné a decir "este... Rodrigo, de Terra... ATP, este yo.. " mientras gesticulaba pa todos lados.
Así, ya totalmente en proceso de ponerme rojo como tomate y estando en el centro de atención de los amigos de la interpelada, esta me dice "ahhh... tenis que haberme confundido con mi hermana; la vero... es que somos gemelas".

"Es que somos gemelas" retumbó en mi cabeza, mientras la Perla del Labuán largaba a reir y los amigos de la falsa Vero hacían esfuerzos sobrehumanos por no reirse (no resultando, claramente), ante lo que solo atiné a decir "ah, chucha, disculpa".

Yo creo que frente ami urgimiento público, la falsa vero acotó "pero, le dará su recado", hecho que potenció las risas... y mi retirada, siempre de la mano de la "Perla del Labuán" quien a esa altura ya me acariciaba la cabeza para pasar la verguenza, mientras "oh trágame tierra" caminaba de vuelta al lado de mi padre.

Al reunirnos con mi progenitor, este esputó "que onda, a quien fuiste a ver?" y yo solo respondí un rápido "nada... una amiga de ATP...o algo así (susurrando)", mientras la Perla del Labuán besaba mi mejilla, riendo alegremente. Tras eso, volví nuevamente la mirada a la falsa vero, quien seguía conversando animadamente con sus amigos, como si nada hubiera pasado... tomé la mano de La Perla del Labuan y le di un beso en la frente, creo que es mejor así... hacer como si nada hubiera pasado... cuac.

Friday, June 23, 2006

Flashback 04: "Soy el del ascensor"

No llevaba más allá de unas pocas horas en el departamento que se transformaría en mi nuevo hogar en Santiago, la capital republicana de esa larga y variada franja de tierra llamada Chile, cuando a eso de las 11:00 horas de un sábado, arribó el camión que había contratado para la mudanza de mis pocas aunque espaciosas pertenencias desde viña del mar a la RM.

Consecuentemente bajé a recibir a mis progenitores y a mi abuela querida, para abrirles las puertas del aun vacío depto y para comenzar a subir las cosas desde el camión a través del ascensor - que requirió un pago en garantía de $15.000, que es otra historia -, en uno de esos tantos sube que baja me topo al interior del elevador con un vecino.

El individuo en particular medía alrededor de 1 metro 90 y picos centímetros, porque me pasaba por más de una cabeza - a mucha honra - a mis 1.76 mts de altura, ante lo cual mi primera reacción fue sonreír y moverme a un lado donde no molestara a tamaña mole y bajar la mirada hacia el contador electrónico que informa el que piso en que uno se encuentra.

Tras cartón, el socio: que viste una chaqueta de cuero negra, sobre un yersey en v, pantalones de color gris y bototos caterpilar negros, me dice "sos nuevo?", ante lo que replico segundos después con un "Sí. Me estoy cambiando", ante lo que el sujeto vuelve a inquirir "¿Qué piso?", pregunta wevona pensé, porque el pastelazo me había visto subirme en el puto 4o piso, pero controlando mis gestos contesté "al cuarto".

Tras eso vino un momento incómodo de silencio, el cual aproveché pa mirar el ascensor y darme cuenta de la marca (la cual ahora olvidé... shenehhmennnn), los botones, donde el primer piso está borrado de tanta pulsación dactilar y los espejos estaban nuevecitos, algo que me hizo recordar el dato que el concerje me había dado horas antes mascullando "oiga, cuando se cambie, tenga cuidao con los virrrdrios, pq hace poquito que los cambiaron".

Al llegar al primer piso, antes de salir, mientras se habrían las puertas del elevador, el sujeto me dice "si necisitás assshhhhuuuuda (la exageracion trasandina), sho tengo herramientas que te pueden servir, como martisho y otras cosas"... me quedé callado, pero cual gentleman devolví un sonriente "ah, muchas gracias... lo tendré en cuenta".

Luego de ese "encuentro" me dediqué casi todo el día a mover mierdas como donkey kong... pa arriba, pa abajo, pal lado, que el ascensor y sudor y consancio y hambre y mi papá que se raja con una empanadas napolitanas, mi mamá que casi desfallece limpiando el baño con cloro, mi abuelita mirando santiago desde el balcón del depto y yo metale tomando antibióticos (conseguidos a la mala por no tener seguro médico y que son tan fuertes que me tienen con una alergia tremenda en la cara) entre esputos con sangre y tos de perro moribundo.

Termina el cambio. Bajo a dejar a mi padre al vestíbulo del edificio, cuando tras despedirme con un abrazo de mi progenitor, el concerje de noche me dice "le dejaron esto" mientras extendiende un sobre mal hecho de papel blanco y grandes letras rojas que leen "depto 401".

Lo tomo, lo abro y lo leo haciendome abrir los ojos. Con una mezcla de terrror y risa veo escrito lo siguiente: "hola, soy el del ascensor (no puede haber inicio más gay de una carta), me llamo Juan, soy de Argentina (ya lo sabía) y vivo solo en el x piso (la x es porque no me acuerdo, malpensados, no porque quiera proteger su identidad) y bla bla... si necesitas algo tengo una serie de herramientas que puedes necesitar".

Más allá de todo, hasta ahí todo medianamente bien... lo estrictamente eride (g-a-i) fue que, tras toda esa verborrea de buena voluntad venía el celular, cuenta de email, messenger y casi (menos mal) casi las tallas de pantalón y cintura (kriisshhtt)... "chucha, pensé... cuático"... mientras lo guardé.

Ahora, que ya ha pasado como un mes de eso... se los mostré a dos amigos que viven cerca, compañeros de andanzas desde la U, junto a la "Perla del Labuán", con el resultado que todos me wevearon por lo gay de la situación.... y ahora que miro hacia atrás... cada vez que lo veo, me arranco... por miedito, jejeje. plop.

Friday, June 16, 2006

Flashback 03: ¿No querías ser grande? (a.k.a. con 44 lucas al mes)

Estamos exactamene a mediados del mes de Junio… (la antesala de la vijulio, oye ah ah ah… aunque esa es otra historia) y hace unos días atrás – más encima- revisé mi cuenta bancaria, que técnicamente es mi billetera para descubrir que me quedan 44 mil pesos hasta el próximo 30 del mes.

El descubrimiento ya los venía previendo desde el pago de una serie de deudas extrañas, raras de esas que nunca pasan en la vida como el pago del arriendo, los gastos comunes, las cuentas del agua la luz, la compra de víveres para el mes e incluso descontar los emolumentos para el transporte.

De todas formas, menos mal que el descubrimiento lo realicé en la intimidad de mi nuevo hogar, porque a la hora que más gente hubiera estado a mi alrededor… se hubieran podido percatar de unos ojos grandes, como huevos, mirando asombradamente el casi vacío espacio al interior de mi billetera.

Talvez de forma más trágica o graciosa, también podrían haberse dado cuenta de cómo me senté lentamente en el bautizado “sillón del jefe” (una de estas sillas de ejecutivo, que se compran para armar en homecenter, sodimac o algo así) resoplando por la nariz y mirando el techo para emitir un casi inaudible “shusha, cagué” (si con sh… bien pulento).

Tras cartón, mi primera acción fue buscar la calculadora en el computador y dividir la cantidad anteriormente mencionada y descubrir que sólo podía disponer de $2.200 por día… claro en caso que debiera salir todos los días y hacer cosas… que meditándolo significaba poder tomar 2 micros, una de ida y otra de vuelta a donde sea que eso fuera y comerme alguna cosita de $990 o varios paquetes de galletas triton… o, incluso en mis más paranoicos pensamientos, comprar un paquete de papel confort de mediana calidad y un juguito watts.

Pasados unos largos minutos que ocupe en darme vueltas como trompo sobre la sucia alfombra del departamento, la misma que mi arrendataria (una “pobre” profesora que es dueña del lugar donde ahora habito, una cabaña cerca de La Serena, en un balneario tok y que prontamente le entregaran un nuevo depto en la esquina de Vicuña con Diagonal Paraguay… y aún así se queja de no tener un peso... dulce ironía) se comprometió a pagar, para finalmente sentarme abatido sobre la misma silla y decir… “apechugamos nomás”.

La cosa que pasaron varios días, y en un momento mientras revisaba cuantos viveres quedaban al interior del refrigerador (una practica muy lame, que pude dejar atrás, pero no recomiendo, ya que es el casi inicio de contar uno a uno los bocados de pescados que puedo ingerir) me recordé una frase de mi madre “¿no querías ser grande?... cuando seas grande deberás valerte por ti mismo” y me sonreí levemente mientras lentamente me incorporaba pa abrir el Messenger y conversar con un amigo por Internet.

La charla fue reparadora cuando descubrí que 44.000 era un mundo de dinero pronosticado a futuro por otro insigne periodista, tal como yo, y que me arrancó una sonrisa pícara cuando me detalló “pero, weón, no te preocupes… yo estoy igual que tú, incluso peor que tu porque tengo -$270.000 en mi cuenta corriente, a cargo de mi línea de crédito”.

Tras cartón, a eso ya de las 00:00 horas de exactamente no se que día y recordando sabias palabras de “La Perla del Labuán” relativas a acostarse temprano “tienes que descansar porque siempre te quedas haciendo cosas y al final duermes todos los días cinco horas y andas todo cansado, con ojeras” así que apagué todo y me fui a acostar.

Varias veces el sol se elevó y se ocultó y con esas jornadas ya en el pasado, cuando ya a regañadientes aceptaba mi condición de nuevo clase media-media… o como me decía otro amigo en internet “la nueva forma de ser pobre y morir endeudado”, tomé mi celular para llamar a la a arrendataria y me pagara los gastos que ella debía cancelar.

La respuesta de la socia fue “te deposito el jueves” (era lunes festivo y las cuentas vencían el miércoles) así que respiré hondo, se dio la casualidad que “La Perla del Labuán” se encontraba haciéndome compañía y por vez primera saqué dinero de mi línea de crédito para cubrir mi cuenta corriente y poder solventar las necesarias cuentas.

Tras eso, ahora de a poco aún más convencido, puedo decir que “sí, quería ser grande, lo necesitaba y me las arreglaré”… (aunque sea con deudas, jajajaja…. Pero muchas no pueden ser, porque tengo en mente una serie de cosas, incluyendo un viaje al exterior… que me tinca será realizado con la próxima devolución de impuestos), pero en fin… quería ser grande… quiero… ¿querré?... por dios que sí, lo disfrutaré a concho, o al menos chuparé del concho si no tengo que comer, sic.

Tuesday, June 06, 2006

Flashback 02: "Ojos claros"

La noche era bastante fría y debía serlo, eran las últimas horas de un 11 de junio que hasta el momento se había desarrollado de forma bastante normal, sin sobretiempos en la ciudad, el país y el clima.


Romeo caminaba presuroso sobre el asfalto de la ciudad costera, escuchando repicar una y otra vez el taco de goma de sus bototos con forma de zapatilla, mientras a grandes zancadas abarcaba rapidamente cruadra tras cuadra para dirigirse al punto de encuentro acordado; un pub-bar emplazado en el principal "barrio" de carrete nocturno de la urbe.


Su mente volvió a repasar que le desagradaba el entorno, pero dicho pensamiento desapareció casi de inmediato al rememorar que de cualquier manera, "si la cosa esta muy latera, tengo el otro carrete... además no veo a la Claudia hace ene", sonriedo robóticamente mientras miraba hacia lado y lado de la calle en la cual se encontraba aguardando la luz verde del semáforo para poder avanzar.


No habían transcurrido dos minutos de ello, cuando comenzó a divisar el sector de "San marcos", lugar residencial, veraniego de carrete muy cercano al mar, empotrado a costados del casino de la ciudad costera, caracterizado por ser pululado por universitarios casi consagrados, jovenes profesionales, viejos tirados a lolos y uno que otro adolescente, básicamente por acudir por alimento a varios locales de comida rapida emplazados en el sector.


Antes de arribar al bar acordado, "El esputnik", racaló por breves segundos en una botillería no distante a más de 5 cuadras del recinto, para preguntar cuánto salía la promoción de ron mitjans con coca-cola; para luego avanzar decididamente hasta las puertas del recinto de distracción... el cual Romeo calificó inmediatamente de "top" al ver sus puertas de madera, música pop y bellos especímenes de ambos sexos disfrutando de la temprana vorágine nocturna.

Suspiró sacando la mano de uno de los bolsillos de su parka azul, para empujar firmemente la puerta de entrada y avanzar tratando de aparentar seguro de sí mismo, para adentrarse ipso facto en una atmosfera cargada de olor a cigarrillo, sonido estridente y mucho, mucho olor a copete.

Miró por todos lados buscando a Claudia, de acuerdo a lo recordaba de la ultima juntada a beber un ligero café, ella debía tener el pelo corto, más flaca que gorda, con mucha pintura y vistiéndose a lo secretaria... o "más adulta" como alguna vez ella misma le había coreegido.


Trató de no impacientarse, así que subió al segundo piso del local atravesando raudamente la escalera establecida para ello, ubicada al final del corredor principal del bar, a un costado de la barra y la cocina, como a unos 10 metros de la entrada, para descubrir en el nivel superior no había mas nada que más gente desconocida.

Romeo frunció el seño, "que mierda, me dice que está acá y dónde chucha esta, que no la veo" pensó mientras abría su celular modelo almeja para marcar el numero de claudia y ponerlo el "auricular" en su oreja, escuchando el tut tut del marcado digital...


... en un solo movimiento continuo giró sobre sus tobillos para mirar la entrada al bar y de repente divisó una fémina con un sombrero de golf, de esos que ocupaba Neruda, esos que vestían los hijos de los gangsters en los años 50, de esos que dan apariencia de ladrones de gallinas, sacar un teléfono celular del bolsillo delantero de su chaqueta y contestar.


No necesitó más tiempo, pulsó end y se dirigó hasta donde vio el sombrero, para esputar un fuerte (por el volumen de la música ambiente) "Hola, tanto tiempo", mientras se paraba frente al campo de visión de esta femina de unos 1,55 metros de altura aproximadamente, tez clara con algunas pecas, labios gruesisísimos, ojos algo almendrados con unos ojos entre miel y semi claros, de contextura más tirada a gruesa, aunque de delgado talle, destacado por dos grandes pechos con forma de gota de agua que rebosaban alegres bajo un chaleco de lana y una blusa media rústica.

Ella abrió los ojos "Hola weón, tanto tiempo" riendo sin parar para abrazar a Romeo, con quien intercambió un abrazo fuerte y calido, como de dos viejos y buenos conocidos. Tras cartón la mujer acotó "puta que te demoraste, ven vamos a la mesa", a lo cual el prota respondió "es que me demoré en el baño.

Mientras intercambiaban las palabras avanzaron unos pasos hasta llegar a la mesa, ubicada al inmediato costado derecho de la puerta, en plena vitrina, en una mesa rectangular con 10 sillas - con solo algunas ocupadas - donde se encontraban tres féminas más.

En ese momento, todo se detuvo... cual momento de la película "Gran Pez" de Tim Burton, cuando Ewan McGregor encuentra a la mujer de su vida, en pleno circo con todos realizando diferentes números, para luego reasumir el ritmo de vida con hiperaceleradas acciones, en un destello de la mirada, Romeo divisó a unos dos metros de él unos ojos claros... verdes, fuertementes verdes, en medio de un claro rostro adornado por uno de los cabellos más deliciosos jamás observados por el prota; un pelo color castaño claro casi rubio, de onduladas formas, algo enmarañado, pero desordenadamente sensualmente dispuesto.

Se quedó quieto, mirando esa visión por lo que pareció ser mucho más tiempo que el que realmente pasó... tragando saliva y parpadeando sin dejar de observar esos ojos ubicados al otro lado de la mesa... no supo como llamar a esa electricidad que le golpeó la cabeza, el pecho y las manos, que como por acto de magia perdieron todo su calor para transformarse en unos terminales dignos de un iceberg.


"¿Dónde me siento?" esputó Romeo, avanzando hacia la cabecera de la mesa, tapando el paso de Claudia que se dirigía hacia el mismo lugar, puesto que en el lugar se encontraban sus pertenencias: cartera y chaqueta, para escuchar la voz proveniente de ese rostro adornado por los ojos verdes, los más verdes y atrayentes que pudiera haber plasmado o ideado "si quieres te sientas acá, yo me corro" brotó de una pequeña boca, pintada tenuemente con un leve tono rojizo, en un sonido que se asemejó mucho a una melodía fina y elegante, como en una suerte de mezcla entre la delicada voz de alguna cantante japonesa no chillona y los sonsonetes de un elfo de la época moderna.


Un nuevo segundo pasa y Romeo atina diciendo "pucha, ¿de verdad? no quiero molestarte", a lo que la dueña de esos ojos claros, llenos de una paz absorvente y una energia desbordante replicó "no te preocupes, no se han visto en mucho tiempo, para que puedan hablar" mientras conminaba a otra amiga de Claudia a avazar un asiento más allá, para que todos alcanzaran en la pequeña mesa rectangular.

Tras eso, Romeo escucha la decidida voz de Claudia vociferando "ella es Martina, una amiga, y bueno a la xime ya la conoces", refiriéndose a la dueña de los ojos verdes, los más verdes que podría haber deseado y una rellena trigueña, a quien ubicaba desde hace años, quien le respondió el festo de saludo con un vivaz "hola".

- "Disculpa, ¿cuál era tu nombre?", inquirió Romeo

- "Martina", contestó la dueña de los ojos verdes.- "¿En serio?"

- "Sí, en serio...

- ¿Por qué?"


- "Na, es un bonito nombre", mientras miraba esos ojos... de los cuales no podía despegar la vista que le enviaban olas de electricidad inexplicablemente, ojos en los cuales se perdió inmediatamente y de los cuales no quería dejar de tener cerca.- "¿Y, cómo hai estado poh?", sentenció Claudia, rompiendo el momentáneo silencio.


- "Bien, bien...¿ te conté que estoy trabajando en el Congreso Nacional?" replicó Romeo, mientras apartaba lentamente la vista de Martina, para quedar enfrente del rostro de Claudia... o en realidad del sombrero que le cubría más de la mitad de la cabeza, iniciando una discusión de ponerse al día, sin mayor relevancia, sin dejar de mirar esos ojos claros, esos ojos verdes, tan verdes como el agua del lago todos los santos, pensando suavemente "Martina... como el nombre de la Santa que era una diaconisa, hija de un noble romano y que debido a su abierta profesión de fe, fue arrestaron y llevada al tribunal del emperador Alejandro Severo, donde consiguió imponer el catolicismo a los dioses paganos romanos".

En eso se quedó pensando breves instantes antes que Claudia retomara la conversa, pero ya daba lo mismo porque el pensamiento de Romeo se encontraba divagando en "Martina... Martina... ¿Martina cuánto?... ¿cuál será su teléfono, dónde vivirá, qué hace...estudia, trabaja"... mientras a lo lejos sentía la voz de la Claudia hablando y gesticulando sin cesar, pero el miraba de reojo esos ojos claros... de color verde, tan verde como el color de los árboles inmaculados. (continuará)

Sunday, June 04, 2006

Flashback 01: "metro"

07:45 hrs... R.O.P. se baja -medio dormido, medio despierto- de un bus interurbano en estacion metro de pajaritos, para pasar de la tranquilidad calefaccionada del transporte, al frío seco y vorágine de la estación terminal.

Parka puerta, mochila y bolso cruzado daban una "algo notoria" imagen de ekeko a R.O.P. , quien cargando todo aquello hizo la cola para comprar un metroticket y bajar al anden "dirección escuela militar" para arribar hasta el hogar donde de forma de allegado era acogido por un ex compañero y amigo de la U.

Abajo, un centenar de personas comformado por decenas de escolares, oficinistas, estudiantes universitarios, viajeros desde las regiones cercanas y algunos otros llenaban el pasadillo, aguardando impacientemente la aparicion del metro, mientras los parlantes de cuatro grandes pantallas de television empotradas por sobre las cabezas de los usuarios, rugían noticias de TVN formateadas para la television del servicio de movilizacion privado, casi al nivel de eliminar el bullicio al exterior de la estacion, conformado por micros y diferentes trabajos viales.

Aparece la maquina y todos abordan. En realidad, es un todos intentan abordar, porque sin que hayan golpes y empujones se está muy cerca de ello. R.O.P. aun mantiene atisbos de personalidad provinciana pasiva, asi que le cuesta emplazarse al interior del carro, pero logra ganar (como diria un viejo paco el prota conoce de valpo: "ganese por aca, mijito") medio metro cuadrado al lado de una de las puertas traseras, quedando medianamente protegido, sobretodo con todo el equipaje que arrastra.

Avanza la máquina por las diferentes estaciones y el calor humano y la calefaccion comienza a provocar molestia en R.O.P., quien trata de ubicar su equipaje de tal manera que le permita sentir la brisa de las ventanas del carro, golpeando en su camino a varios otros pasajeros, que lo miran con cara de santiaguino por la mañana (ceño fruncido, cara de tuto y ojos semi enrojecidos), hasta que logra el objetivo, para quedar al lado de una treinteañera que viste jeans y chaqueta de cuerina, además de una gran cartera a tono de la chaqueta y un bolsa de almacenes parís.

Súbitamente, de la bolsa de la multitienda saca un cosmetiquero gigante y comienza pacientemente a "acicalar" su rostro. Primero, limpiarse la piel, luego base (que cosa más cerda, piensa R.O.P., parece plástico líquido expandible), para continuar con rubores, todo antes de pasar a las tonalidades de párpados junto al rimmel.

R.O.P. continua molesto con el calor y la gente, es periodista y gusta de conversar, pero nunca ha sido fan de las aglomeraciones estáticas ni estilo becerros en el matadero; pero gracias a este verdadero espectáculo de malabarismo (pq la femina realiza todas las acciones al vaiven del vagón del transporte, aprovechando cada frenada o aceleracion para deslizar sus instrumentos faciales) que se extiende por largas estaciones, 'universidad de santiago', 'estacion central'.....'los heroes'...'universidad de chile', hasta llegar a Santa Lucía, donde la amiga de la belleza cosmética termina su labor.

El resulado: un cambio practicamente radical... de ser una mina con cara de sueño, sin mucho en que fijarse, se transforma en una fémina con cara de velocidad y si la pintura que se hecho encima fuera blanca, sería una geisha o una bailarina de kibuki, para salir presurosamente entre la gente de la estación 'baquedano' y adentrarse en la fauna capitalina.... como una mariposa (de noche, pq pa de dia no le alcanzaba, lo siento) salida de una orga.

Reemprende el camino la máquina y R.O.P. se cuestiona si esta situación es así en santiago... se lo pregunta, porque viene saliendo de largos dias de introspeccion buscando su definicion de actitud, si esta bien que se cambie a santiago desde viña, si esta bien que siga siendo sin caretas, como lo decidio largos meses atras -a pesar de ciertos golpes-, si el deberá aguantar el calor del metro y la cercanía casi intima de la gente para deslizarse por la urbe.

NO obstante, al final del camino de aquel día, R.O.P. emerge a la superficie de Tobalaba para sonreir, tanta cosa al menos le hizo entretenido el viaje... será suficiente?...
continuará.

Limpieza de Vidrios

Desperté tarde en mi nuevo hogar, un pequeño departamento emplazado en el limite de santiago centro con la comuna de Providencia (comuna ciudad, dice el slogan), para poco a poco ir saliendo de mi cansada somnolencia para atender a la gente de VTR que vendría a instalarme internerd y la probable llegada de los maestros para limpiar los vidrios del balcon.

Esa era la idea. Era la idea, porque de la nada apareció la dueña (a quien había tratado de contactar varias veces anteriormente, sin éxito, claro está), junto a su adolescente hija y yo en pijama, ojos aun medios desorbitados, sucio, pelo desordenado, barba de tres días, olor a cama y francamente impresentable.

Afortunadamente el tirar las cosas hacia un rincón y una salida de cancha remedió medianamente la situación y salí airoso, para recibir peticiones de la señora, sentirme observado por la fémina adolescente y, de una manera casi conjunta, a los asistentes tecnicos de VTR.

Se retira la dueña, terminan la conexion y aparecen los maestros. Hora: app 15:30 horas. "OK, denle nomás, limpien los vidrios"... total... internet, ahora estaba conectado al mundo y debía vigilar la cosa.

Pasa el tiempo y terminan tarde... tarde 19:30. Todo transparente, pero tarde yo aun sin bañarme, sin comer más allá de unas tostadas y un te que alcance a ingerir antes de la abrupta llegada de la arrendadora y los expertos en tecnologia y limpieza.

En ese momento, me tiro - nuevamente - sonbre la cama y repico el celular de la "perla del labuán" (mi pareja, mi polola, mi fantasía, mi deseo, mi compañera, proyección y 'mesha'), quien contesta en breve, para ponernos a conversar del dia, de la vida, como lo tratamos de hacer dia a dia.

Empezamos a conversar de concordar visitas y turnos, mi pega y su pega es de esas obligaciones que se extendien inexorablemente a los fines de semana, de cómo lo podríamos hacer para no perdernos por más de unos 6 a 8 días sin vernos y cosas así.

Derepente, de la nada, comenzamos a adentrarnos en otras materias hasta derepente comenzar a charlar sobre el "¿qué crees que estarías haciendo si no estuvieramos juntos?"; una pregunta medianamente cabrona que con cualquier otra persona y situacion merece un "bah, no sé", pero como la "perla del labuán" saca lo mejor de mí, contesté narrando lo que yo creía... para luego acotar un escueto "y, tu... que estarías haciendo?".

Lo que vino después me sorprendió... me conmovió como hace mucho que no pasaba y me hizo rememorar muchas cosas, cual lavado de vidrios, dejando ver lo que esta bajo las capas de mugre.

La cosa comenzó una cosa como "lo estuve pensando y creo que probablemente no estaría acá, estaría en méxico, con mis papás (tip rosa: los papás de la "perla del labuán" viven en méxico hace como hartos años, jajajaja, al menos más de 6), porque los echo de menos... además que no sirvo para estar mucho rato en lugares donde la cosa se vuelva algo repetitivo"... y yo escuchaba asintiendo de tanto en tanto, sobretodo con lo de mexico "si, yo siempre me imaginé que estarías en méxico (cosa que creía de verdad)".

La cosa siguió con un "el problema es que estaba pensando en que si eso fuese así, no estaría contigo... y que eventualmente puedo sobrellevar. El problema, es que sentí una sensación de abandono, por que no estuvieras allí. O sea, he vivido sola y muchas veces me gusta, pero en esta ocasión, yo quiero estar contigo y por eso no quiero estar sola, porque de estar sola no estaría contigo" (o algo así, la textualidad no es mis precisos fuertes) y ahí morí.

Mientras "la perla del labuán" decía eso, sin control comenzaron a caer lágrimas por mis mejillas, lo que ella me decía tenía demasiado significado para mi, tanto más o igual que un fuerte 'te quiero', porque era decirme cosas en las cuales me basé desde un inicio para dármelas de sadokaen e ir detrás de ella, donde el hecho que existiera me hacia estar bien y si podía estar cerca, inmensamente mayor.

Así, por largos minutos minutos, cual mina, no pude contener ahogados sollozos, que me recordaron una mañana de septiembre del 2005, luego de haber pasado una noche entera con la "perla del labuán" en su hogar, solo haciéndonos compañía, cuando pensé que nunca más la vería cerca a mi, y me sentí el hombre más feliz del mundo, porque la mujer que alguna vez me deslumbro y lo sigue haciendo, quien me hizo ir detrás, dejar muchas cosas, incluso viajar -no realizado anteriormente- me decía en "términos simples" algo que yo entendí como 'te quiero, sin ti no es lo mismo y quiero seguirlo estando (contigo)', cosa que me representaba reciprocamente con ella.

La distancia aleja, pero con esto... no pude más que abrazar mi almohada, suspirar y pensar en volverla a ver, para volver a rendirme ante ella y seguir adelante.... mirando a través de mi, de lo que viene y proyectar adelante... como cuando... uno limpia una ventana y otea el horizonte.

Intro...

Desorden, caos, rapidez y ansiedad son algunas de las sensaciones, sentimientos o apreciaciones que me han embargado durante las últimas semanas.
¿Por qué?
Para explicar esto, primero hay que relatar que soy periodista... de oficio, o sea... me gusta serlo.

Adoro mi profesion. Me encantaria que volviera a sus inicios, a sus principios, aunque pertenezco a la camada virtual, del cibermundo, del hipertexto e internet; es más trabajo en un portal informativo y por ahora lo disfruto.

Hace cerca de un mes atras vivía y trabajaba como colaborador (con boleta) en la Quinta Región de Chile, cubriendo noticias preferentemente políticas en el Congreso Nacional, tratando de responder profesionalmente y tratando de estar a la altura de las circunstancias, luego de titularme el pasado mes de septiembre de 2005, a poco más de dos años de haber egresado.

Súbitamente, salió la oportunidad de un trabajo contratado, de avanzar en la línea profesional y claramente me interesó... por el porvenir que esto podría traer, porque creo que estacionarse de oficio no es bueno y porque un traslado a Santiago (es Chile) daba pie para nuevos horizontes.

Así, en menos de tres semanas debí conversarlo con mis padres, mi pareja, mis deseos internos y llegar a una ciudad habituada, pero desconocida, atrayente aunque intimidante y progresista, pero tradicional.

Esta es la introducción...